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COTO

Situado a dos kilómetros de Bornos, a escasa distancia del embalse del mismo nombre.

Rasgo característico del pueblo es su llamativo trazado geométrico: un cuarto de círculo con su vértice orientado hacia el sur, que lo asemeja a la experiencia del pueblo de Esquivel, proyectado por el arquitecto Alejandro de la Sota. Huyendo de la ortogonalidad, el pueblo presenta un esquema de abanico, con calles concéntricas de traza circular, intersectadas por calles radiales, que consiguen el deseado efecto pintoresco de cierre en el espacio urbano.

Los equipamientos del pueblo se sitúan en el cruce entre el eje de simetría norte-sur mencionado, actualmente la calle Almarda, y la carretera del Coto de Bornos que atraviesa el pueblo de este a oeste siguiendo la misma directriz curva.

En el centro de estos equipamientos, la iglesia, de planta basilical, resulta un claro ejemplo de las referencias historicistas de la arquitectura autárquica. La generosa nave central queda cubierta con arcos rebajados y bóvedas en sentido transversal. Elevándose sobre el resto del poblado, la torre de la iglesia, de planta cuadrada y en cuyo campanario se practican nueve pequeñas aperturas por lado, resulta un hito urbano inmediatamente reconocible, y cuya abstracción contrasta con las aspiraciones figurativas del edificio principal.

Con la iglesia como centro, el pueblo presenta la particularidad de disponer de tres grandes espacios abiertos alineados entre sí y unidos por un pórtico, en dirección perpendicular al eje de simetría definido por la calle Almarda: al este de la plaza de la iglesia, se encuentra la escuela, cuyo patio se contempla desde el pórtico, mientras que al oeste, el centro comercial y de equipamientos se despliega alrededor de una plaza cerrada, llamada de la Artesanía.

Se proyectaron diversas tipologías de vivienda, resultando especialmente interesantes las que resuelven las esquinas achaflanadas en los encuentros de las calles curvas con las rectas (Tipo 4).

 

Fuente I.A.P.H